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Combate la grasa corporal para ganar músculo

Obesidad igual a «exceso de grasa corporal»

Las dietas milagro, el sedentarismo, el estrés del trabajo de oficina y no practicar ningún tipo de ejercicio, entre otros hábitos poco saludables, pueden derivar en un mal altamente nocivo para nuestro organismo como es el exceso de “grasa corporal” o la “masa grasa”. A partir de aquí conviene recordar que la obesidad se define precisamente como un “exceso de grasa corporal”.

Es un hecho que, según pasa el tiempo y envejecemos, el cuerpo de una persona se modifica, incrementándose la cantidad de grasa y disminuyendo la proporción de músculo (sarcopenia), por ejemplo. Si no nos cuidamos, esto podría desencadenar lo que se conoce como “obesidad sarcopénica”, un problema cada vez más frecuente que puede causar graves inconvenientes.

Grasa corporal versus masa muscular

Por este motivo, el Índice de Masa Corporal (IMC) no es del todo un buen parámetro para valorar el exceso de grasa de un individuo, ya que pone en relación el peso con la talla de una persona (peso en Kg/talla en m2) para establecer una clasificación de la obesidad. Sin embargo, tras realizar pruebas determinadas para este fin a dos personas con un IMC similar (por ejemplo, 26 que implica un sobrepeso grado I), podríamos tener resultados como un 17% de grasa corporal en una de ellas, y un 35% de masa grasa en otra. La primera probablemente sea deportista y no precise ninguna dieta de adelgazamiento, sino más bien una dieta de mantenimiento según su grado de actividad física, mientras que la otra, casi con toda seguridad, sea más sedentaria, haya hecho múltiples dieta previas con “efecto yoyó”, y tenga un porcentaje de “masa libre de grasa” mucho menor.

Este tipo de obesidad se define por una desproporción corporal en el paciente obeso, que se caracteriza fundamentalmente por un menor porcentaje de masa muscular, y por tanto mayor debilidad muscular, junto con un exceso de masa grasa. A esta situación suelen estar ligados otros problemas como la inflamación crónica, la resistencia a la insulina o el sedentarismo. En personas sometidas a múltiples dietas de adelgazamiento o dietas nutricionalmente desequilibradas aparece antes y es mucho más frecuente la obesidad sarcopénica, pues con “las dietas milagro” se pierde agua y músculo, y la “reganancia” del peso perdido por efecto rebote al abandonar la dieta, no se hace en los mismos compartimentos en los que se perdió, es decir se gana más grasa y no se gana el músculo perdido.

Así que a la hora de planificar una dieta no debes fijarte en el peso, si no en la grasa y dónde se acumula. La mejor forma de evitar la obesidad sarcopénica es moviéndonos, a pesar del paso de los años, y comiendo sano en todas las etapas de nuestra vida.

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