La anafilaxia puede ser letal

Cada vez son más comunes las alergias a los alimentos, medicamentos e insectos, pero ¡cuidado! porque estas alergias pueden ser las desencadenantes de una reacción alérgica potencialmente mortal, comúnmente conocida con el nombre de anafilaxia. Aunque la probabilidad de mortalidad es baja –entre 0,05 y 2%-, se estima que 3 de cada 1.000 habitantes sufren este tipo de reacción al menos 1 vez en su vida.

Las causas más frecuentes de anafilaxia son los alimentos como huevos, leche, frutos secos, pescados y mariscos (especialmente en los niños), así como los fármacos y las picaduras de insectos (abejas y avispas), que se dan más en los adultos.

A pesar de su gravedad, se trata de una patología de difícil diagnóstico en la que no hay un conjunto de signos definidos; lo que sí es normal es la rápida progresión en la gravedad o intensidad de los síntomas y esta característica es válida para niños y adultos. Se puede sospechar cuando aparecen en cuestión de minutos síntomas que afectan a la piel y/o las mucosas y al sistema respiratorio (falta de aire,  silbidos en el pecho), circulatorio (palpitaciones, disminución de la tensión arterial, mareo) o digestivo (vómitos, náuseas).

¿Y cómo se debe actuar ante esta situación?

Muchas veces son los padres, los profesores o el entorno más cercano quien se enfrenta a las reacciones anafilácticas. Por ese motivo, es esencial que los pacientes y allegados sepan reconocer los síntomas de gravedad, cómo intervenir y conozcan el funcionamiento de los autoinyectores –cuyo uso no requiere conocimientos sanitarios-.

La adrenalina es el fármaco más eficaz para el tratamiento de la anafilaxia y las personas en riesgo deben llevarlo siempre con ellos. Se debe administrar nada más observar los primeros síntomas y comienza a actuar de forma muy rápida.