¿Alergia a los pendientes?

Normalmente cuando hablamos de alergia lo asociamos a problemas alimenticios, ambientales o relacionados con el polvo. Sin embargo, existe otro grupo de alergias entre las que se encuentran las cutáneas. ¿Conoces a alguien con alergia a determinadas piezas de bisutería? Seguro que sí, ya que la alergia al níquel, que causa una dermatitis por el contacto de la piel con este material, es muy común en algunas personas.

Según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) la alergia al níquel afecta al 15% de la población general, y suele ser más común en las mujeres que en los hombres, por el uso precoz de pendientes y bisutería. No obstante, empieza a darse con frecuencia entre los hombres debido al uso de piercings. El níquel es uno de los metales más habituales y, además de en la bisutería, puede estar presente en multitud de objetos de uso diario como utensilios de cocina, tijeras, monedas, anillos o hebillas de cinturón, por ejemplo. Se trata de una alergia que no se cura; por lo tanto, una vez que se diagnostica es necesario evitar la bisutería y objetos metálicos que contengan níquel y se optará por el oro, plata o el acero inoxidable.

Generalmente esta alergia afecta a las manos por el contacto habitual con objetos que lo contienen, lóbulos de orejas por pendientes, muñecas por la hebilla del reloj o alrededor del ombligo por el botón metálico del pantalón. Se inicia con picor en la zona de contacto que se acompaña en horas de enrojecimiento e infiltración de la piel, si el contacto persiste pueden aparecer microvesículas con exudación y erosión de la piel y descamación; es una dermatitis que se acompaña de picor y que puede asociarse a sensaciones de calor y escozor y en ocasiones a sobreinfección.

Para tratar la inflamación se utilizan, tras el lavado cuidadoso de la zona, corticoides tópicos durante 3-5 días. No obstante, este tratamiento debe estar guiado por un médico, ya que su uso prolongado puede provocar alteraciones cutáneas como atrofia de la piel. En caso necesario, los antihistamínicos orales pueden aliviar la sensación de picor