Si el presente de la insulinoterapia resulta alentador, no menos esperanzador y positivo se dibuja el futuro cercano, con la prometedora aparición de nuevos sistemas de administración y control de la insulina. Una mesa redonda celebrada en el XXXIII Congreso de la Sociedad Española de Diabetes ha revisado el futuro de la insulinoterapia, así como esbozado las diferentes opciones para aumentar la eficacia y la seguridad, así como para facilitar el uso de estos tratamientos.
En esta sesión, organizada conjuntamente por la Sociedad Española de Diabetes (SED) y la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), se han actualizado las evidencias sobre el empleo de bombas de insulina de asa cerrada, las perspectivas que despiertan las insulinas semanales y hepatoselectivas, y las promesas que se ciernen en torno a las denominadas insulinas “inteligentes” sensibles a la glucosa.
Bombas de insulina de asa cerrada: ¿dónde estamos?
Los sistemas de asa cerrada, también llamados sistemas de páncreas artificial o sistemas de infusión automatizada de insulina, integran tres componentes esenciales: una bomba de insulina, un monitor continuo de glucosa en tiempo real y un algoritmo de control. Este algoritmo determina la infusión de insulina por parte de la bomba, en función de las lecturas de glucosa intersticial que realiza el sensor, con el objetivo de mantener la glucosa en sangre en valores estables y próximos a la normalidad. En España se inició el uso de estos sistemas en 2018; posteriormente, han aparecido diferentes sistemas para llegar a un número cada vez mayor de personas con diabetes tipo 1.
Los sistemas de asa cerrada existentes están compuestos por diferentes bombas de insulina y diferentes sensores y algoritmos de control. En su ponencia, la Dra. Mercedes Rigla Cros, directora de Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Parc Taulí (Barcelona), ha especificado las características diferenciales de los sistemas comerciales de asa cerrada, especialmente en cuanto a cómo afrontan las diferentes perturbaciones (ingestas, ejercicio, riesgo de hipoglucemia,…). Igualmente, ha reflexionado sobre la necesidad o no de seleccionar a los pacientes candidatos a tratamiento con sistemas de asa cerrada, en base a los resultados de su propia experiencia con más de un centenar de pacientes seguidos al menos 3 meses.
Un momento muy ilusionante
A juicio de la Dra. Mercedes Rigla Cros, “estamos en un momento muy ilusionante. Por primera vez disponemos de sistemas que permiten obtener un grado de control óptimo en la mayoría de usuarios”. Aludiendo a su experiencia particular, la Dra. Rigla destaca que “nuestros pacientes pasaron de una HbA1c media de 7,5% a 6,8%, con un porcentaje de tiempo en hipoglucemia del 1,5%, lo que ha supuesto en muchos de ellos una gran mejora en su bienestar”.
En cualquier caso, la experta del Hospital Universitario Parc Taulí sigue identificando algunos retos y déficits en el manejo de las bombas de insulina de asa cerrada; entre ellos, “la inercia, la desinformación y las limitaciones en la financiación”. Por eso, afirma, “hemos de convencer a los gestores y, por supuesto, también a nosotros mismos de que este tipo de tratamiento debe tener como única limitación la decisión del paciente”.
Aunque los resultados que se obtienen con estos sistemas son muy buenos, “queda mucho por mejorar” como, por ejemplo, “el control de las comidas es un problema a resolver”, asegura la Dra. Rigla. En este sentido, su grupo de trabajo, conjuntamente con el grupo de Bioingeniería y Telemedicina de la Universidad Politécnica de Madrid, ha iniciado un proyecto con financiación nacional que pretende controlar la glucemia después de las ingestas utilizando herramientas de inteligencia artificial, y probar estas mejoras con usuarios de sistemas do-it-yourself.
Insulinas de acción semanal
Muy sugerentes y esperanzadores son también los resultados que se están obteniendo con las insulinas de acción semanal. El Dr. Alberto Aliaga Verdugo, jefe de Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón (Sevilla) ha mostrado los últimos datos disponibles sobre estas insulinas, actualmente en fase de desarrollo clínico, compartiendo también su experiencia personal como investigador en los ensayos clínicos que se están llevando a cabo con estas moléculas.
Para este experto, “no cabe duda del positivo impacto que pueden tener las insulinas de acción semanal sobre las necesidades no cubiertas del tratamiento de la diabetes”. Con todo, y dado que aún se encuentran en fase de desarrollo clínico todas ellas, “es necesario esperar a que los estudios aporten más información sobre la eficacia y seguridad de estas nuevas moléculas en dos escenarios muy distintos, como son la diabetes tipo 1 y 2”.
A tenor de los resultados obtenidos hasta el momento, y en base también a su experiencia, “ayudarían tanto a médicos como pacientes a vencer dos de las principales barreras que contribuyen a un mal control de la diabetes: la inercia terapéutica, que retrasa la intensificación del tratamiento, y la adherencia al tratamiento, al reducir en número de inyecciones que el paciente recibe”, según el Dr. Aliaga.
Respecto a las tendencias y avances de futuro que se esperan en este ámbito, el especialista del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón cree que “iremos hacia tratamientos más sencillos y flexibles para los pacientes, así como a posibles asociaciones farmacológicas con otros fármacos de administración semanal (como los análogos del receptor de GLP-1)”