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Alimentación en la menopausia: una nueva forma de cuidarte desde dentro

¿Sientes que tu cuerpo ya no responde como antes? No, no es tu imaginación; la menopausia transforma profundamente nuestra fisiología, nuestro estado emocional… y sí, también nuestra relación con la comida, el cuerpo y el descanso.

Te hablo desde la experiencia personal y profesional. He acompañado a cientos de mujeres en esta etapa, y yo misma la he vivido. Y quiero decirte algo muy importante: alimentarte bien en la menopausia no se trata solo de contar calorías o evitar el pan. Es una oportunidad para reconectar con lo que de verdad necesitas.

Alimentación en la menopausia

Los síntomas de la menopausia que te empujan a buscar soluciones

Durante la menopausia, muchas mujeres experimentan:

  • Aumento de grasa abdominal
  • Fatiga persistente
  • Cambios de humor, ansiedad o tristeza
  • Sofocos, insomnio o sueño fragmentado
  • Digestiones pesadas, hinchazón o estreñimiento

¿Te suena? Son algunos de los motivos por los que más me consultan. Y todos ellos tienen algo en común: una alimentación adaptada puede ayudarte a aliviarlos. No mágicamente, pero sí de forma sostenida y eficaz.

Comer bien no es hacer dieta

Una de las mayores frustraciones en esta etapa es notar que “lo que antes me funcionaba ya no sirve”. Porque es verdad. Tu cuerpo ya no tiene las mismas demandas hormonales, ni la misma sensibilidad a la insulina, ni la misma respuesta al estrés o a la falta de sueño.

Por eso, el enfoque que propongo no es hacer dieta, sino crear una nueva forma de nutrirte. Una forma más amable, consciente y adaptada a esta versión actual de ti misma. Y créeme, funciona.

¿Cómo debe ser la alimentación en la menopausia?

La base está en alimentarte con intención y con evidencia científica. A lo largo de estos años, he observado que los patrones más efectivos en consulta y en mí misma incluyen los siguientes pilares:

Alimentos que deberías priorizar:

  1. Verduras de hoja verde y crucíferas (espinaca, kale, acelga, brócoli): ricas en calcio vegetal, fibra y compuestos antiinflamatorios.
  2. Frutas, especialmente bayas (arándanos, fresas, granada): antioxidantes que protegen el sistema nervioso y regulan la glucosa.
  3. Grasas saludables (aceite de oliva, aguacate, nueces, semillas): reducen la inflamación y aportan saciedad duradera.
  4. Legumbres (lentejas, garbanzos, soja): fitoestrógenos naturales y proteínas vegetales para regular el metabolismo hormonal.
  5. Pescado azul (salmón, sardinas, caballa): fuente de omega-3 para articulaciones, memoria y sistema inmune.
  6. Cereales integrales (avena, arroz integral, quinoa): energía estable, fibra y salud digestiva.
  7. Lácteos fermentados (yogur natural, kéfir): probióticos para la flora intestinal y calcio biodisponible.
  8. Proteínas magras (pollo, pavo, huevos): fundamentales para preservar músculo y activar el metabolismo.

¿Y qué deberías reducir?

  • Carnes rojas y procesadas: proinflamatorias y vinculadas a más riesgo cardiovascular.
  • Azúcares añadidos y ultraprocesados: alteran el ánimo, la glucosa y la microbiota intestinal.
  • Alcohol en exceso: afecta el sueño, la piel, el metabolismo y la salud hormonal.

No se trata de prohibir, sino de tomar decisiones conscientes.

Tu alimentación como acto de autocuidado

En esta etapa, muchas mujeres me dicen que sienten que “están perdiendo el control”. Y yo siempre les contesto lo mismo: comer bien es una forma de recuperar poder. Porque no se trata solo de síntomas o estética, sino de cuidarte en serio.

Este es el momento de ponerte en el centro. De dejar de pelearte con tu cuerpo y empezar a escucharlo con más atención. Y sí, de aprender a comer de otra forma: más nutritiva, más estratégica y también más placentera.

¿Y ahora qué?

Si todo esto te resuena, te invito a empezar por algo muy simple: escoge hoy una comida y conviértela en un acto de cuidado. Llénala de color, de nutrientes y de intención. A veces, el primer paso es lo más poderoso.

Puedes localizarme en la clínica D-Medical, en la calle Príncipe de Vergara 44 (Madrid). Pide tu consulta en el 91 436 26 36.
Estaré encantada de acompañarte en este proceso de transformación con una pauta personalizada y realista.

Yo estaré aquí para acompañarte.

Miriam