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Nunca es tarde para cuidarse

Ya está el verano aquí y algunos pacientes me dicen que les ha “pillado el toro”. Ante semejante afirmación me pregunto descorazonada ¿cómo es posible que todos los años pase lo mismo? ¿será que los profesionales de la nutrición estamos haciendo algo mal?. Y no sé que contestar. Pero lo que si sé, es que una gran parte de la población desconoce lo que dice la OMS sobre el tratamiento del sobrepeso y de la obesidad, y sobre la alimentación saludable. Así como la realidad de que el cuerpo perfecto no existe y que el valor que tenemos como persona no depende del número de kg, ni de la talla que usemos.

Con esto no quiero decir que haya que conformarse con un mal estado de salud y con una situación con la que no estamos a gusto. Nada más lejos de eso. Pienso que es una obligación estar lo mejor que podamos en todos los aspectos. Pero para eso hay que saber primero qué es lo mejor, por qué y para qué es lo mejor, cómo lo podemos conseguir y en cuánto tiempo. Siendo siempre muy realistas y muy respetuosos con la verdad de las cosas para evitar expectativas poco realistas que nos produzcan una gran frustración y problemas de salud física o psíquica

Directrices de la OMS para prevención y tratamiento del sobrepeso y obesidad

Con respecto a la prevención y al tratamiento del sobrepeso y de la obesidad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) da unas directrices muy concretas avaladas por los mejores métodos científicos actuales. De esta forma podemos obtener resultados de una manera segura, saludable y a largo plazo.

  • limitar la ingesta energética procedente de la cantidad de grasa total y de azúcares;
  • aumentar el consumo de frutas y verduras (mínimo 5 raciones al día peros se han visto mayores beneficio es entre 6 y 10 raciones), así como de legumbres, cereales integrales y frutos secos; y
  • realizar una actividad física periódica (60 minutos diarios para los jóvenes y 150 minutos semanales para los adultos).

Llega el verano y las recomendaciones para bajar de peso son las mismas que en invierno. Lo que cambia es el tipo de frutas y de verduras u hortalizas, y la forma de preparar los alimentos. Las técnicas culinarias son más sencillas y los alimentos se comen a temperatura ambiente o fríos para protegernos del calor veraniego. Ejemplo de este tipo de platos son el gazpacho o las ensaladas. Todos los alimentos se pueden comer en forma de ensalada: arroz, pasta, legumbres, pescado, aves, huevos, patatas o frutos secos.

Nunca es tarde para empezar a comer de una manera saludable y para tratar de mejorar nuestra condición física, por tanto, tranquilos, en esto nunca nos “pilla el toro”.

La importancia de la Hidratación

Otro tema sobre el que me gustaría hablaros debido a su vital importancia para la salud (especialmente en esta época del año) es la hidratación. La temperatura ambiental aumenta y con ella las necesidades diarias de agua. ¿Sabías que un 2% de deshidratación puede producir una disminución en la función mental, en el rendimiento físico y en la tolerancia la temperatura ambiente?. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) recomienda un consumo de 2,5 litros de agua al día para los hombres adultos y de 2 litros diarios de agua para las mujeres adultas. En jóvenes de 9 a 13 años, el consumo recomendado es de 2,1 litros/día para los niños y 1,9 litros/día para las niñas.

Según la EFSA entre el 70% y el 80% de la hidratación diaria debe provenir de diferentes tipos de bebidas, preferiblemente el agua, mientras que entre el 20% y el 30% restante es aportado a través de la ingesta de alimentos sólidos. La naturaleza es muy sabia y por eso las frutas y las verduras de verano tienen una gran cantidad de agua en su composición. Por tanto comiendo las raciones diarias de estos alimentos recomendadas por los científicos (mínimo 3 piezas de fruta y 2 de verduras u hortalizas al día) cubrimos parte de nuestras necesidades hídricas. Y ¡ojo con las bebidas!. Fijaos que la EFSA dice que “preferiblemente agua”, no alcohol ni bebidas azucaradas. El alcohol no solo no hidrata sino que produce el efecto contrario además de aportarnos una serie de calorías vacías nada beneficiosas para nuestra salud al igual que el azúcar añadido de las bebidas azucaradas.

Así que os animo a que este verano, además de descansar y disfrutar, os cuidéis mucho comiendo y bebiendo de una manera saludable, segura y sabrosa.

¡Buen verano y nos vemos a la vuelta!