La hora de la comida y la cena puede ser un auténtico estrés para muchos padres, ya que cada vez son más los niños que no quieren comer algunos alimentos (verduras, pescados, etc.), comen con demasiada lentitud o muy poca cantidad. De hecho, los especialistas estiman que el 25% de los niños sanos y el 80% de los que padecen patologías crónicas presentan problemas de la alimentación.
Comer poco o solo determinados alimentos puede conllevar una pérdida de peso o un déficit de vitaminas o nutrientes que a la larga puede causar retraso en el crecimiento. Desde nuestro blog queríamos ayudaros, por eso, os ofrecemos algunos trucos para poder mejorar estos momentos del día:
- Es fundamental evitar la televisión durante las comidas y establecer unos horarios fijos tanto para las comidas como para las cenas. No se deben permitir picoteos.
- Los niños generalmente copian todo aquello que ven de sus padres. Por eso, es aconsejable que los niños aprendan pautas de comportamiento, y copien la alimentación de sus padres. Es decir, si el padre o la madre no come verduras, no se puede pretender que el niño lo haga.
- El pescado y las verduras pueden resultar aburridos para muchos niños. En esta línea, se recomienda ofrecer porciones pequeñas de estos alimentos o utilizar moldes para preparar figuras divertidas. En el caso de las frutas se aconseja cortar en piezas pequeñas para facilitar su ingesta.
- Las comidas no deben extenderse más allá de 40 minutos.
- Se debe ofertar los alimentos que le son agradables. Los alimentos rechazados deben ofertarse en pequeñas cantidades sin que los padres presionen para que el niño los pruebe. Además, si el niño cumple pautas de comportamiento correctas durante las comidas, deben reconocerse los progresos conseguidos.
Si todos estos problemas te resultan familiares y no logras hacerte con la situación, se recomienda visitar a un especialista para que pueda trabajar el origen del desorden en el niño desde múltiples perspectivas.
Autor: Dra. Rosa Lama, pediatra, para la Clínica D-Médical