El final del verano marca el regreso a la rutina laboral para muchas personas. Este periodo de adaptación, que a menudo viene acompañado de presión, cambios de horario y sobrecarga de tareas, puede desencadenar estrés. Y para quienes viven con diabetes, este estrés no solo afecta al estado de ánimo: también puede alterar significativamente los niveles de glucosa en sangre.
¿Qué ocurre en el cuerpo cuando estamos estresados?
Desde el punto de vista fisiológico, el estrés es una respuesta adaptativa del organismo ante una situación percibida como una amenaza. En este contexto, el cuerpo activa lo que se conoce como respuesta al estrés o “lucha o huida” a través del eje hipotálamo-hipófiso-adrenal (HHA).
Esta activación provoca la liberación de varias hormonas, principalmente:
- Cortisol: aumenta la producción hepática de glucosa (gluconeogénesis) y reduce la sensibilidad a la insulina en los tejidos periféricos.
- Adrenalina y noradrenalina: estimulan la liberación de glucosa desde el hígado y reducen la liberación de insulina.
En personas sin diabetes, el organismo responde liberando más insulina para contrarrestar el aumento de glucosa. Sin embargo, en personas con diabetes tipo 1 o tipo 2, esta respuesta está alterada o ausente, por lo que la glucosa no se convierte eficazmente en energía, sino que se acumula en sangre, provocando hiperglucemias.
Estrés crónico y su efecto acumulativo
Aunque el estrés puntual puede generar picos de glucosa, el verdadero riesgo está en el estrés crónico, como el que puede generar un entorno laboral exigente durante semanas o meses. Este estado prolongado de activación puede provocar:
- Glucemias elevadas sostenidas.
- Mayor resistencia a la insulina, especialmente en personas con diabetes tipo 2.
- Alteración del sueño, el apetito y el metabolismo.
- Aumento del riesgo de conductas poco saludables: comer emocionalmente, sedentarismo o desorganización en la toma de medicación.
¿Cómo afectan distintos tipos de estrés a tu glucosa?
No todos los tipos de estrés afectan igual ni a todas las personas de la misma forma:
- En diabetes tipo 2, el estrés mental suele causar un aumento sostenido de la glucosa.
- En diabetes tipo 1, la respuesta es más variable: puede provocar subidas o bajadas de glucemia.
- El estrés físico, como una infección o una lesión, también puede elevar la glucosa en ambos tipos de diabetes.
¿Cómo saber si el estrés está afectando tu diabetes?
Es posible que no siempre identifiques que el estrés es la causa de tus hiperglucemias. Algunas señales de alarma que pueden indicarlo son:
- Niveles de glucosa altos sin cambios en la dieta o el ejercicio.
- Sensación de agotamiento físico sin causa aparente.
- Cambios en el patrón de sueño.
- Más olvidos o desorganización en el manejo de la diabetes.
- Mayor irritabilidad, ansiedad o síntomas depresivos.
Además, puedes hacer un seguimiento con fecha de los momentos en los que te has estresado, esto puede ayudarte a identificar cuáles son los desencadenantes de tu estrés. Anota también cuáles son tus niveles de glucosa. Hazlo durante un par de semanas y observa si hay un patrón. Así, por ejemplo, ¿estás más estresado los lunes por la mañana y has comprobado que tus niveles son más altos? Entonces ya sabes que posiblemente tu estrés mental está afectando negativamente a tu azúcar en sangre, así que tienes que tratar de reducir tu estrés y mantener controlada tu glucosa especialmente en esos momentos.
¿Qué puedes hacer para proteger tu glucemia en épocas de más estrés?
- Monitorea tu glucosa más de cerca
Durante los primeros días de vuelta al trabajo, realiza controles más frecuentes o revisa los datos de tu sensor de monitorización continua. Así podrás anticiparte a subidas inesperadas.
- No descuides tu rutina de autocuidado
Aunque el trabajo apriete, reserva tiempo para preparar comidas equilibradas, hacer algo de ejercicio y descansar. La estabilidad en los hábitos ayuda a contrarrestar el impacto del estrés.
- Incorpora técnicas de manejo del estrés
La meditación, la respiración profunda o técnicas como el mindfulness pueden ayudarte a regular la respuesta fisiológica al estrés. Dedicar solo 5 minutos al día a estas prácticas, por ejemplo, a primera hora de la mañana, puede marcar la diferencia.
Y en esos momentos en los que te sientes especialmente abrumado, aléjate cinco minutos del entorno, respira profundamente y pon una mano sobre tu abdomen para centrarte en tu respiración. Esto ayuda a recuperar el equilibrio.
- Pide ayuda si lo necesitas
Si el estrés laboral está afectando a tu salud o tu bienestar emocional, hablar con tu médico o con un profesional de salud mental puede ayudarte a manejarlo mejor. En D-Médical también podemos ayudarte a reajustar tu tratamiento si fuera necesario.
En resumen, la vuelta al trabajo puede ser un momento vulnerable para muchas personas con diabetes. El estrés no solo es una sensación pasajera o un problema psicológico: tiene efectos reales sobre el metabolismo de la glucosa, que pueden desestabilizar el control glucémico si no se manejan adecuadamente.
La buena noticia es que, con información, planificación y apoyo profesional, es posible prevenir estos desequilibrios, mitigar el impacto del estrés en la diabetes y mantener la glucemia bajo control incluso en los momentos más exigentes del año.
En D-Médical, además de contar con unidades especializadas en el control y tratamiento integral de la diabetes, también ofrecemos asistencia psicológica para ayudarte a gestionar el estrés y otros factores emocionales que pueden influir en tu bienestar. Si sientes que el estrés está afectando tu salud o tu control glucémico, pide ahora tu cita con nuestro equipo y recupera tu bienestar físico y emocional.

Autor | Dra. Pilar Martín Vaquero. Endocrinóloga Especialista en Diabetes y Nutrición. |
Especialidad | DIABETES PEDIÁTRICA Y ADULTOS |
Teléfono | +34 91 436 26 36 |
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