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Calor y diabetes: recomendaciones para disfrutar del verano sin riesgos

El verano es una de las estaciones más esperadas del año, pero para las personas con diabetes, también representa un periodo de mayor vulnerabilidad. Las altas temperaturas, los cambios en la rutina, las comidas fuera de casa o el aumento de la actividad física pueden alterar la forma en la que el organismo responde a la insulina y modificar los niveles de glucosa en sangre, aumentando el riesgo de hipoglucemias, hiperglucemias e incluso golpes de calor más peligrosos de lo habitual.

Desde D-Médical, te ofrecemos unas recomendaciones esenciales y muy prácticas para cuidar tu salud durante los meses de calor si tienes diabetes. Porque disfrutar del verano también es posible con prevención y control.

Calor y diabetes

¿Por qué el calor puede alterar el control de la diabetes?

El calor afecta al cuerpo de múltiples maneras, pero en las personas con diabetes sus efectos pueden amplificarse:

  • Cambios en la absorción de insulina. El calor dilata los vasos sanguíneos, lo que puede acelerar la absorción de la insulina y provocar bajadas bruscas de glucosa (hipoglucemia), sobre todo si se realiza ejercicio físico.
  • Mayor riesgo de deshidratación. La diabetes favorece la pérdida de líquidos al orinar más, especialmente cuando la glucosa está elevada. Si a esto le sumamos el calor, el riesgo de deshidratación se dispara.
  • Dificultad para regular la temperatura corporal. Algunas personas con diabetes presentan daños en el sistema nervioso autónomo, lo que limita su capacidad para sudar de forma eficiente y regular su temperatura interna.
  • Riesgo elevado de golpes de calor. En condiciones extremas, puede haber fallos en la termorregulación que provocan síntomas como mareos, náuseas, vómitos, piel húmeda y fría, e incluso pérdida de consciencia.

Además, debemos tener en cuenta que la insulina, las tiras reactivas o el glucómetro pueden deteriorarse si no se almacenan correctamente. Las temperaturas superiores a 30 °C pueden alterar su eficacia.

¿Cómo saber si es una hipoglucemia o un golpe de calor?

Existen síntomas que pueden llevarnos a la confusión: Mareos, sudor frío o palpitaciones pueden ser signos tanto de un golpe de calor como de una hipoglucemia.

Por eso es imprescindible medir la glucemia cuanto antes. Si está por debajo de 70 mg/dL, se trata de una hipoglucemia y debe tratarse con hidratos de carbono de absorción rápida (glucosa, zumo, etc.). Si no lo es, y los síntomas persisten, busca sombra, hidrátate y contacta con emergencias si la situación no mejora.

Recomendaciones para disfrutar del verano con diabetes

  1. Hidrátate de forma constante
  • Bebe agua de forma regular, incluso sin sensación de sed.
  • Evita el alcohol, bebidas azucaradas y cafeína, que favorecen la deshidratación y descompensan la glucemia.
  1. Controla tus niveles de glucosa más a menudo
  • El calor puede alterar tus necesidades de insulina, por eso revisa tus niveles de glucosa con mayor regularidad, sobre todo si haces ejercicio, pasas tiempo al aire libre o notas síntomas inusuales.
  • Si usas sistemas de monitorización flash, como sensores o dispositivos tipo parche, aprovecha para anticiparte a cualquier descompensación.
  1. Protege tu insulina y tu material
  • La insulina pierde efectividad si supera los 30 ºC. Guárdala en una nevera portátil o funda isotérmica, pero nunca directamente sobre hielo. Revísala antes de usarla, y si presenta cambios de color o textura, deséchala.
  • Protege también el glucómetro, las tiras, la bomba de insulina y sensores del sol y del calor excesivo.
  1. Cuidado con la exposición solar
  • Evita el sol directo entre las 12:00 y las 16:00 h. Usa protector solar de alta protección y renuévalo cada dos horas. La piel de las personas con diabetes es más sensible y propensa a infecciones si se daña.
  1. Haz ejercicio, pero con precaución
  • Mantente activo, pero elige las primeras horas del día o el atardecer para ejercitarte. Evita las horas centrales del día (12:00 h a 17:00 h).
  • Lleva siempre un snack por si necesitas subir tus niveles de glucosa.
  1. Adapta tu alimentación
  • Aunque las vacaciones invitan a relajarse, intenta mantener una dieta saludable y controlar los hidratos de carbono.
  • Si comes fuera, opta por platos sencillos, raciones moderadas y alimentos sin azúcares añadidos.
  1. Evita los golpes de calor
  • Refúgiate en lugares frescos o con sombra.
  • Usa ropa ligera, transpirable y de colores claros.
  • Si notas síntomas como náuseas, mareo o debilidad extrema, suspende toda actividad, hidrátate y busca atención médica si no mejoras.
  1. Cuida especialmente tus pies
  • En verano los pies están más expuestos. Evita caminar descalzo en la playa o en superficies calientes.
  • Revisa diariamente posibles heridas, ampollas o roces.
  • Seca bien los espacios entre los dedos tras el baño. Mantenlos secos y bien hidratados, pero sin exceso de humedad.
  1. Planifica tus viajes
  • Si vas a desplazarte, lleva contigo suficiente medicación y material de control (glucómetro, tiras, sensores, insulina, catéteres…). Llevarlo todo desde casa es más seguro, sobre todo si viajas al extranjero.
  • Si viajas al extranjero, infórmate sobre la conservación de la insulina y ten a mano una neverita portátil.
  • La insulina no puede facturarse en los aviones porque en el fuselaje se alcanzan temperaturas bajo cero y se inactiva la insulina, por eso debes llevarla siempre contigo y tener a mano un informe médico (en inglés y en español) en el que se refleje tu tratamiento de insulina y accesorios imprescindibles.
  1. Reconoce tus síntomas
  • Conocer cómo responde tu cuerpo ante una bajada o subida de glucosa es fundamental. Los síntomas pueden confundirse con el calor, así que nunca está de más realizar una medición para confirmar.

El verano no tiene por qué suponer un obstáculo para quienes viven con diabetes. Con unas simples medidas de prevención, puedes mantener tu glucosa bajo control y evitar complicaciones derivadas del calor.

Si tienes dudas o necesitas ayuda para controlar tu diabetes, contacta con D-Médical. En nuestra clínica, situada en el centro de Madrid, te ofrecemos soluciones innovadoras y un seguimiento adaptado a tus necesidades, también en verano.