La rosácea es una condición de la piel que va más allá de un simple enrojecimiento: es una fuente de incomodidad y preocupación para quienes la padecen. Si alguna vez te has preguntado por qué tu piel reacciona de forma intensa a cambios de temperatura, alimentos calientes o picantes, o incluso al estrés, podrías estar experimentando los primeros signos de esta patología. Aunque su causa es desconocida, la rosácea es tratable, y reconocer sus síntomas a tiempo es el primer paso para recuperar el confort y salud de tu piel.
¿Qué es la rosácea?
La rosácea es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que afecta principalmente a adultos. Su manifestación más habitual es el enrojecimiento en las mejillas, nariz, frente y mentón, zonas que pueden desarrollar una textura áspera y que, con el tiempo, también pueden presentar venas visibles y pequeñas pápulas (similares a granitos), lo que hace que a veces se confunda con el acné.
Aunque la incidencia de la rosácea es similar en hombres y en mujeres, parece ser más frecuente en mujeres de piel clara. En el caso de los hombres suele ser más grave. En el 80% de los casos, la rosácea aparece entre los 30 y 50 años, no obstante, puede aparecer a cualquier edad, incluso en la infancia.
Se trata de una enfermedad benigna, pero, aunque no pone en peligro la vida del paciente, sí que produce una alteración estética de la cara que, en algunos casos, puede afectar a la autoestima y dañar las relaciones personales, laborales y sociales de quien la sufre. Además, la rosácea también puede llegar a causar dolor, lo cual incomoda y reduce la calidad de vida.
Principales síntomas de la rosácea
La rosácea se manifiesta de forma variada en cada persona, pero los síntomas más comunes son:
- Enrojecimiento facial persistente: Es el síntoma más distintivo, generalmente en la zona de las mejillas, nariz, frente y barbilla.
- Vasos sanguíneos visibles: La dilatación de los vasos sanguíneos (conocidos como telangiectasias) suele ser evidente, dando una apariencia de venitas en la piel.
- Pápulas y pústulas inflamadas: Aunque no es lo mismo que el acné, algunos casos de rosácea presentan protuberancias rojizas y pústulas que pueden confundirse con granos.
- Sensación de ardor o picazón: La piel afectada suele sentirse caliente, con picazón o escozor.
- Ojos secos e irritados: Algunas personas desarrollan síntomas oculares, como sequedad, irritación o párpados hinchados.
- Engrosamiento de la piel: En casos graves, la piel de la nariz puede engrosarse, generando una condición conocida como rinofima.
Tipos de rosácea, según sus síntomas
Esta patología varía en sus manifestaciones, lo que ha llevado a clasificarla en cuatro subtipos principales:
Rosácea eritematotelangiectásica
Es la forma más común de rosácea que se caracteriza por enrojecimiento persistente en las áreas centrales de la cara, acompañado de una mayor visibilidad de las venas superficiales. Las personas con este tipo de rosácea suelen experimentar una sensación de ardor o escozor.
Rosácea papulopustulosa
Además de enrojecimiento, este tipo de rosácea presenta lesiones inflamatorias, pápulas y pústulas, similares a los granitos del acné. Es común que los pacientes confundan esta variante con acné adulto, lo cual puede dificultar el tratamiento adecuado.
Rosácea fimatosa
Esta forma menos frecuente afecta a la piel de la nariz (rinofima), que tiende a engrosarse y desarrollar una apariencia bulbosa. Es más común en hombres, y en algunos casos puede progresar hasta causar deformidades si no se trata.
Rosácea ocular
Se refiere a todas las manifestaciones de la rosácea que aparecen en los ojos. Se trata de manifestaciones muy molestas y difíciles de tratar, como la sequedad ocular, la irritación y enrojecimiento en la zona ocular.
Causas de la rosácea
La causa original de la rosácea no es conocida y aún es objeto de estudio. Las dos principales anomalías son una disregulación neurovascular y una alteración de la inmunidad innata. Algunas posibles causas de la rosácea que se están investigando, según la Academia Española de Dermatología y Venerología, son:
- Factores genéticos (muchos casos son familiares).
- Mecanismos vasoactivos.
- Alteraciones de la inmunidad innata.
- Alteraciones de la inmunidad adquirida.
- Mecanismos neurocutáneos.
- Alteración de la barrera cutánea: la alteración de la pérdida transepidérmica de agua conduciría a una inflamación de la piel y la sequedad asociada explicaría la tendencia al prurito y la sensación de escozor.
- Presencia de microorganismos: Demodex folliculorum y Bacilus oleronius. Se ha visto que la piel con rosácea tiene una densidad del ácaro saprófito Demodex folliculorum superior a la presente en la piel normal, aunque no se ha demostrado una correlación directa entre esta densidad y la gravedad de la enfermedad.
¿Cuáles son los factores desencadenantes de la rosácea?
A pesar de que cada persona es única, existen ciertos factores que tienden a agravar los síntomas de la rosácea. Entre los más comunes se encuentran:
- Exposición al calor (y al sol)
- Exposición al frío
- Exposición al viento
- Comidas y bebidas calientes o picantes
- Consumo de alcohol
- Ansiedad y estrés emocional
Cómo es el tratamiento de la rosácea
El tratamiento de la rosácea es un tratamiento continuo que debemos adecuar a cada fase de la enfermedad, ya que, como he comentado anteriormente, la rosácea no tiene cura definitiva.
Entre los tratamientos de la rosácea más habituales están:
Medicamentos tópicos y orales
Suelen recetarse para controlar la inflamación y reducir el enrojecimiento. Entre ellos se incluyen agentes tópicos como el metronidazol y la ivermectina, así como antibióticos orales para casos más graves.
Tratamiento ocular
Para aliviar la irritación ocular que se presenta en aproximadamente un 20% de los casos suele ser suficiente el tratamiento de la propia rosácea. No obstante, si la afectación ocular continúa será el oftalmólogo quien pueda considerar adecuado utilizar colirios con o sin corticoides.
Láser y terapias de luz pulsada intensa (IPL)
Estas opciones ayudan a eliminar los vasos sanguíneos visibles y reducir el enrojecimiento de la piel.
Cuidados básicos de la piel
Todas las pieles con rosácea, sea cual sea el tipo clínico predominante, deben seguir una serie de medidas para el cuidado de la piel:
- Evitar los factores desencadenantes del rubor facial.
- Utilizar fotoprotección solar diario (SPF 50+) indicado para pieles con rosácea, que son filtros físicos, ya que los filtros químicos actúan por un mecanismo de absorción de la radiación ultravioleta y, por tanto, generan calor, y con ello, rubor facial.
- Evitar los procedimientos o productos irritantes para la piel (limpiezas de cutis, peelings agresivos, dermabrasiones, …)
- Realizar una higiene suave y cuidadosa, dos veces al día, con productos de higiene especialmente diseñados para este tipo de piel.
- Aplicar los emolientes adecuados para la piel con rosácea, que no contengan activos irritantes.
Diagnóstico y tratamiento de la rosácea en Madrid
Si estás buscando un diagnóstico y tratamiento de la rosácea en Madrid, conviene acudir a la consulta de un dermatólogo especializado, ya que es muy frecuente que esta patología se confunda con otras enfermedades cutáneas (acné, foliculitis, dermatitis), con las cuales comparte diversas manifestaciones clínicas, y es importante no confundir, ya que el tratamiento nunca es el mismo.
El proceso de diagnóstico es clínico y suele implicar una entrevista médica detallada, donde los dermatólogos indagamos sobre la duración y frecuencia de las lesiones, su evolución, y los factores que pueden desencadenar o agravar los brotes, como la exposición al calor o al frío, el ejercicio intenso, o el consumo de ciertos alimentos. Además, los dermatólogos también examinamos visualmente la piel para detectar signos característicos, como enrojecimiento persistente, telangiectasias y pústulas.
Acudir a un especialista en el diagnóstico y tratamiento de la rosácea permite a los pacientes recibir un plan de tratamiento personalizado y adecuado.
En D-Médical contamos con el Dr. José Luis Galán, dermatólogo especializado en rosácea y otras afecciones de la piel, quien se encargará de realizar una evaluación precisa de tu piel, identificando tanto los síntomas visibles como aquellos factores desencadenantes que podrían estar afectando a tu piel de forma continua.
Para más información o para solicitar una consulta sobre rosácea en Madrid, puedes contactar a través de nuestro formulario, enviando un correo o llamando al 91 436 26 36. No olvides que tu bienestar, autoestima y confianza comienzan con una piel sana. ¡Estamos aquí para ayudarte!
Autor | Dr. José Luis Galán. Dermatólogo. |
Especialidad | DERMATOLOGÍA INFANTIL Y ADULTOS |
Teléfono | +34 91 436 26 36 |
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