En situaciones de enfermedad, debemos poder contar con normas escritas de actuación y un teléfono de contacto con el equipo diabetológico. En el caso de que con esas pautas no consigamos el control de la diabetes o de la enfermedad necesitaríamos acudir a un centro hospitalario.
Durante el periodo de enfermedad para evitar situaciones de deshidratación, de hiperglucemia y/o hipoglucemia y cetosis vamos a requerir unos cuidados especiales.
UNO DE LOS CONSEJOS MÁS IMPORTANTES ES QUE NUNCA, EN CASO DE ENFERMEDAD, DEBEMOS DEJAR DE PONERNOS LA INSULINA.
Durante la enfermedad tenemos que monitorizar con frecuencia la glucemia (mejor llevar MCG (Monitorización Continua de Glucosa)) y los cuerpos cetónicos si es posible en sangre. Debes saber que ante la ausencia de insulina se comienzan a consumir las grasas y aparecen los cuerpos cetónicos que pueden ser el origen de náuseas y dolor abdominal y su acumulación pueden llevar a una descompensación grave de la diabetes cetoacidosis diabética (CAD) y se puede llegar incluso al coma hiperglucémico diabético.
La monitorización de la glucemia la haremos muy frecuentemente mediante la MCG o en su defecto con la realización de glucemias capilares horarias o cada 2 horas y la cetonemia. Se considera que existen cuerpos cetónicos positivos en sangre cuando su valor es superior a 0,5 mmol/L.
En caso de que durante la enfermedad utilicemos la monitorización continua de glucosa (MCG) tenemos que recordar que ciertos sistemas ven interferida la medida de la glucosa por ciertas sustancias como el paracetamol y que algunos no tienen una buena precisión en rangos de hipo o hiperglucemia. En estos casos deberemos basarnos en las determinaciones de glucemia capilar. Tenemos que distinguir si la enfermedad se asocia a hipoglucemia (en general, esto ocurre ante diarrea o vómitos o falta de ingesta) o a hiperglucemia (en las enfermedades respiratorias, las que se acompañan de fiebre o dolor o precisan medicaciones que elevan la glucemia…) para ver si se necesita incrementar o disminuir la dosis de insulina.
SI EL NIÑO COMIENZA A VOMITAR Y LLEVA BOMBA DE INSULINA LO PRIMERO ES
SOSPECHAR FALLO DE LA BOMBA Y ACTUAR SEGÚN LAS NORMAS DADAS.
Hay que prevenir:
1. La cetoacidosis
- Nunca dejar de poner la insulina basal aunque el niño no coma.
- Monitorizar la glucemia cada 2 horas (MCG o glucemias capilares).
- Monitorizar los cuerpos cetónicos cada 2 a 3 horas (mejor en sangre que en
orina). - Según glucemia, aportar insulina rápida cada 2 a 3 horas.
- En caso de gastroenteritis tenemos que bajar la dosis de insulina, ya que hay
menos aporte de hidratos de carbono por vómitos o alteración de la absorción
de los alimentos y por tanto, tenemos mayor riesgo de hipoglucemia; así y
todo, nunca tenemos que quitar la insulina pues hay riesgo de cetosis. - Estar en reposo y evitar todo ejercicio.
2. Tratar la enfermedad de base
- Antitérmicos
- Antibióticos si se precisa…
3. Prevenir la deshidratación
Dar fluidos con frecuencia sin hidratos de carbono si la glucemia es superior a 250 mg/dl y comenzar a dar hidratos de carbono de absorción rápida si la glucemia es inferior junto con insulina
RECORDAR: para los suplementos de insulina para corregir la hiperglucemia se utiliza
la fórmula:
Glucemia actual – glucemia deseada /Factor de corrección Índice de sensibilidad) =
dosis de análogo de insulina de acción rápida.
Ante riesgo de hipoglucemia ver el documento de hipoglucemia colgado en nuestra web.
Ante una hipoglucemia, es decir, una glucemia inferior a 70 mg/dl, con náuseas o rechazo del alimento que no podemos remontar por vía oral, una alternativa es utilizar pequeñas dosis de glucagón, la llamada “pauta con minidosis de glucagón”, que se puede repetir a la hora si es necesario.
Puedes descargar estas normas en pdf haciendo clic en este enlace
Autor | Dra. Raquel Barrio Castellanos. Diabetóloga y Endocrinóloga Pediátrica. |
Especialidad | DIABETES PEDIÁTRICA Y ADULTOS |
Teléfono | +34 91 436 26 36 |
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