El crecimiento es una característica física de los seres humanos, ya que a través de la glándula hipofisaria nuestro cuerpo produce una hormona llamada hormona del crecimiento, que es la que interviene en casi todos los aspectos de nuestro desarrollo. Cuando existe un nivel bajo de esta hormona, nuestro cuerpo presenta déficits en muchas áreas: aumento de peso y del nivel de grasa corporal, pérdida de masa muscular o densidad ósea.
Es raro que exista un déficit de esta hormona; sin embargo, hay algunos factores que pueden influir en su desarrollo y aumentar el envejecimiento corporal.
Os ofrecemos varios consejos para hacer que la hipófisis segregue esta hormona con normalidad.
- Un alto porcentaje de la producción de la hormona de crecimiento se produce mientras dormimos. Por eso, es fundamental contar con unos patrones regulares para dormir y evitar todo aquello que pueda interferir en la calidad del sueño.
- El ejercicio es muy importante para activar las fibras y producir ácido láctico.
- Reducir los niveles de azúcar es primordial para normalizar el crecimiento. Es importante tener en cuenta que el consumo regular de azúcar sube los niveles de insulina.
- Los alimentos con aminoácidos ayudan a la producción de esta hormona. El pollo, pescados como el salmón, los huevos y los lácteos son un buen ejemplo.
Si crees que tienes déficit de esta hormona te aconsejamos visitar a un especialista, que es la persona más adecuada para realizar un análisis para observar los parámetros analíticos (IGF1) y ver si el nivel de secreción de esta hormona es el adecuado.