Medicina Antienvejecimiento y Medicina Cardiometabólica como medicinas del futuro
Medicina Antienvejecimiento y Medicina Cardiometabólica como medicinas del futuro. Bases generales de la terapia antiaging.
El rejuvenecimiento ha sido perseguido desde la antigüedad y en las últimas dos décadas se han invertido especialmente muchos recursos en la estética pensado que nuestra apariencia es más importante que nuestro interior. Una moderna teoría del envejecimiento («A Vascular Theory of Aging” by David G. Le Couteur and Edward G. Lakatta) ha rescatado del olvido dos viejos aforismos: “el hombre tiene la edad de sus arterias” (Thomas Sydenham, siglo XVII) y “el hombre tiene la edad de su endotelio” Rudolf Altschul, 1954. En sintonía con este resurgimiento de la teoría vascular del envejecimiento humano los científicos empiezan a hablar en los últimos años de que el rejuvenecimiento es hoy día más posible que nunca. Desde hace más de 30 años se viene documentando que es posible la “regresión de la aterosclerosis”, desafiándose así la predicción clásica de que la aterosclerosis era degenerativa e irreversible. Una actuación terapéutica frente a los “mecanismos funcionales” relacionados con la enfermedad cardiovascular aterotrombótica ha hecho posible regresar la aterosclerosis de una forma incuestionable. El reto de la medicina moderna se centra en saber si también es realmente posible “rejuvenecer” un vaso de un sujeto sin factores de riesgo distintos a la edad y con un lecho vascular aparentemente sano. Aquí entra en escena la Medicina Cardiometabólica.
Esta nueva medicina, predictiva, anticipativa y de precisión, que se diferencia de la medicina cardiovascular clásica, en que ésta se apoya en la epidemiología mientras que la Medicina Cardiometabólica, se basa en datos objetivos que implican a la genética de un lado y a los mecanismos lesionales por otro, para detectarlos precozmente y revertirlos. Otra diferencia sustancial es que la medicina CV clásica trata enfermos de una forma impersonal, la cardiometabólica a sanos y enfermos y de forma personalizada, persiguiendo en ambos no solo una mejoría de los parámetros de salud, sino lo más importante, una mejor calidad de vida. Si envejecemos, y esto sí que parece inevitable, hagámoslo más lentamente y con salud. El gasto sanitario del futuro no podrá soportar el manejo médico de una población tan longeva como las expectativas predicen si esta longevidad no viene acompañada de una baja tasa de invalideces y de una prevalencia baja de enfermedades degenerativas, que al día de hoy son importantes consumidoras de recursos. Vivir más años merecerá la pena solo si se nos garantiza una independencia física y una mente lúcida para disfrutar de los años ganados por el progreso de la ciencia.
Los avances en la fisiología del envejecimiento y su conexión con el envejecimiento vascular han sido muchos en la última década pero ninguno tan impactante como el de la vía de señalización mTOR. Desde el punto de vista terapéutico el futuro nos traerá el control de esta vía sumado al uso inteligente de determinados antioxidantes, en especial la Coenzima-Q10. Además, el revolucionario campo de los estilbenos, entre los que destaca el resveratrol y las aportaciones de la renovada Medicina Biorreguladora en general y con los omega-3, en especial, son muy ilusionantes.
Sydenham y Altschul llevaban razón, el hombre tiene la edad de sus arterias y éstas la edad de su endotelio. Las Medicinas Cardiometabólica y Antiaging ya han puesto el primer peldaño sobre rejuvenecimiento arterial más allá de la enfermedad, solo falta que nos lo creamos y que invirtamos los recursos necesarios para hacer los sueños de muchos, realidad.
J Sabán Ruiz
Profesor de Medicina de la Universidad de Alcalá de Henares
Director del Programa Antiaging y Salud Cardiovascular de la clínica d-médical
Coordinador de la Unidad de Endotelio y Medicina Cardiometabólica del Hospital Ramón y Cajal de Madrid
Miembro de la European Society of Anti-Aging Medicine (ESAAM)
Editor del único tratado en castellano de Medicina Cardiometabólica (“Control Global del Riesgo cardiometabólico. Editorial Diaz de Santos”)